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Comentario sobre el material del Libro V
Jim: Tener tan sólo una idea débil pero persistente de que habíamos venido a este planeta para servir a otros era aparentemente un grado suficiente del «proceso de penetración del olvido» que Don mencionó en la sesión 36, pues teníamos poco más que eso para iniciar el contacto Ra.
Cualquier entidad de tercera densidad tiene, aparentemente, un yo superior o Alma Suprema que se encuentra en el nivel intermedio de existencia en sexta densidad. Además, el Errante que es miembro de un complejo de memoria social también tiene otro complejo de consciencia al que pedir ayuda, pues cada complejo de memoria social también parece tener el equivalente de su propia Alma Suprema o lo que Ra llama una «totalidad del complejo mente/cuerpo/espíritu».
Carla: El proceso de olvido, o el velo, es un término utilizado a menudo por nuestras fuentes. El pensamiento básico es que cuando encarnamos y nos convertimos en una entidad manifestada en el plano terrestre, ese estado encarnado cierra nuestros sentidos metafísicos. Todo lo que sabíamos antes de nacer se oculta en la mente profunda, y emprendemos nuestro peregrinaje terrenal sólo con nuestro yo desnudo y nuestros deseos más sinceros. No es de extrañar entonces que los Errantes tengan algunas dificultades para despertar dentro de la ilusión que llamamos realidad consensuada. Siempre existe el temor, al entrar en la encarnación, de que uno no despierte en absoluto, sino que se pierda durante toda la experiencia vital. Tú, que lees esta frase, probablemente estés justo en medio de este proceso de despertar, empezando a identificarte cada vez más con un concepto nuevo y más amplio del yo como ser eterno y metafísico.
A medida que todos despertamos y desarrollamos nuestro verdadero yo, podemos ayudarnos unos a otros, y animo a cada Errante a encontrar formas de apoyar a sus compañeros peregrinos de la luz. La gente se cruzará en tu camino. Puede que no parezcan muy «conscientes», o puede que parezcan muy conscientes, pero muy confusos o asustados. Si el Creador los puso en tu camino, entonces estás bien equipado para ayudarlos. Simplemente ámalos y acéptalos.
Esto es mucho más difícil de hacer que de decir. Implica primero llegar a amarte y aceptarte a ti mismo, perdonándote por la miríada de imperfecciones y locuras que encuentras cuando miras en tu interior. Pero todo el trabajo es sobre uno mismo, hablando metafísicamente. Si tienes problemas para amar a alguien, busca dentro de ti el lugar donde has rechazado una parte de ti mismo, algún trozo del lado oscuro que preferirías no ver o experimentar. A medida que trabajas con este amor, aceptando y perdonando el lado oscuro de ti mismo, estás trabajando en el servicio a todos los otros-yo que se cruzan en tu camino. Creo que la clave para esta aceptación del yo es ver que estar encarnado es ser muy imperfecto y confuso. No hay forma de estar sin errores en el contexto del mundo. Sin embargo, dentro de nosotros existe ese yo sin velo, con memoria perfecta de quiénes somos y qué vinimos a hacer. Una vez que uno es capaz de enfrentarse a su lado miserable, se vuelve mucho más capaz de ser transparente a ese amor infinito que no viene de nosotros, sino a través de nosotros, para bendecirlo todo.
En esta práctica de amar, tenemos una maravillosa fuente de fuerza y coraje: el yo superior. Yo llamo a este yo Espíritu Santo, porque pertenezco a la distorsión llamada cristianismo místico. Otras personas se refieren a este yo superior como guías interiores, seres angélicos, la naturaleza superior, o simplemente Guía. Sea cual sea el término, esta energía es bastante fiable, siempre está ahí, apoyando y sosteniendo. Uno puede practicar para ser más consciente de esta energía, abriéndose conscientemente a ella en la meditación e invocándola en momentos difíciles. Animo a cada uno a verse a sí mismo como un ser que despierta, con mucho apoyo de las fuerzas invisibles. Apóyate en estas fuentes de fuerza en silencio y oración. Te ayudarán de verdad.
(Las preguntas y respuestas publicadas por primera vez en el Libro V se muestran con este color de fondo.)
36.9 Interrogador: ¿El yo superior de cada entidad es de naturaleza de sexta densidad?
Ra: Soy Ra. Esto es correcto. Se trata de un honor/deber del yo hacia el yo a medida que uno se aproxima a la séptima densidad.
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